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Aire fresco (en el edificio dormido)
Aire fresco penetra / tras los cristales / del edificio dormido.
La misión despierta, levemente, / los corazones ausentes.
Todos contemplando, en lo hondo, / el recuerdo que anhelan.
Un trueno en el espacio
La luz ocre de la noche/empapa la habitación dormida.
El silencio devuelve al mundo/la vacuidad que siempre fue.
Confianza
En los días de calor más intenso, el aire se torna pesado como una lona que cayera sobre los hombros. La retirada a un pequeño pueblo en los Montes de Toledo, cuna de ancestros, invita a la parada y la reflexión sobre futuros caminos, trazos en el aire que dibujamos con pretendida intencionalidad.
Bajo los velos
¿Dónde se asienta / eso que es esencia?
En la calma, en el vacío, / en la vacuidad sostenida y permitida.
Lo esencial y la danza
Lo esencial no es / el lucero que relumbra,
sino la danza que surge /
en la espaciosidad inmensa.
Cielo ardiente, mente inquieta (es la atención lo que transforma)
Cuando hablamos de práctica de escritura, como en la vida, tenemos dos opciones: una, actuar desde el mejor estado mental posible y notar cómo el resultado agradece ese equilibrio previo; y dos, actuar —en este caso, escribir— desde la niebla mental. Lo cierto es que es la atención lo que transforma. La vitalidad descansa, o puede descansar, en la escritura misma
Milagro en plata
Una risa cantarina / Una luna que se alzaba / Sus ojos como diamantes / Mis niños, milagro en plata
Nada siento más hermoso / Su voz dulce y lozana, / el fulgor de sus bellos ojos, / el calor que de ellos mana
Contento: Espacio sencillo, calidez fresca
Salir de la dinámica del logro y el ‘chute’ dopaminérgico de la recompensa inmediata es el gran reto. No porque el placer en sí mismo sea dañino —benditos sean los grandes placeres pequeños, como este percibir el golpeteo de las teclas bajo las yemas de los dedos—, sino por la dinámica subsecuente que le suele seguir: quiero más, dónde está, quién soy yo sin ese refuerzo continuo… Habitar aquello que te proporciona contento, una posible brújula para el día a día
Sabiduría y olvido
Sé que soy sabia, / pero lo olvido.
Sé que todo está / dentro y fuera de mí, / pero lo escatimo.
No parar (en el silencio)
Madreselva frondosa / que te ahuecas / bajo la música de los pájaros
Un ladrido lejano resuena en el espacio
Escribir el ahora
¿Por qué escribir? No creo que haya una respuesta única. A veces me parece que hay demasiado “ruido” y que los espacios de silencio son tan necesarios como nutricios. Sin embargo, la palabra es conexión, es certeza, dinamismo… Las razones para escribir pueden ser infinitas. Aquí van las mías, o algunas de ellas, redactadas a vuela pluma desde la escritura libre