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Liberarse en la urdimbre
El núcleo de las tradiciones contemplativas orientales parte de una intención de avanzar hacia la “liberación”, una noción que hoy relacionamos con vivir de manera más armoniosa, reduciendo el malestar en lo posible y saboreando los placeres sencillos, conjugando un cierto propósito con el deber cotidiano.
Crear sentido en el sufrimiento
“No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón”
— Konstantino Kavafis
A lo largo de la vida sorteamos todo tipo de batallas. Las que se nos antojan inmensas, que nos dejan por un tiempo exhaustos y vencidos, y las diminutas pero constantes, que corren el riesgo de socavarnos si no las compensamos con un propósito que infunda ánimo en el cuerpo
El poder de la propia voz
La fuerza de la expresión artística y el ejemplo de Thich Nhat Hanh a través de sus palabras
“¡Atención! Vuélvete y enfrenta a tus verdaderos enemigos:
ambición, violencia, odio y codicia”
— Thich Nhat Hanh
¿Hasta qué punto puede el arte transformar el mundo? Ese es el pensamiento que me rondaba al leer el libro de Thich Nhat Hanh, “Llamadme por mis verdaderos nombres”.
Libre y viva, Gaza
hay hombres que disfrutan
exterminando a otros hombres
hombres que gozan al verlos
convertidos en
bestias
quiénes son las
bestias
Renacer
Comenzar un nuevo curso es una página en blanco, un libro por escribir, un sueño por ser soñado. Una brizna de ilusión y deseo me embriaga un tantito cada mes de septiembre, como si estuvieran esperándome aventuras por vivir, personas por conocer, eventos imaginados que se dibujan ya en la mente, luminosos.
aplasta el sentido de lo práctico
las mil urgencias fingidas
podredumbre mansa
mansedumbre heroica
orgasmos catárquicos rescatan
goce de los sentidos
retazos de certezas agrietan
el baile de máscaras
me detengo y contemplo
el tiempo vertical
clavada en el esto es, ahora y así
en los sueños rozo sombras
extrañamente sólidas
en la atmósfera agrisada
habitantes de antaño emergen
y se disuelven
como si atravesaran mundos
como si se balancearan
delicadamente
entre el terreno áspero
y la sutileza vaporosa
de los intersticios
De-construcción
formas caducas
que estuvieron vivas
que ya no son
no son
son
juegos banales
intelecto quebrado
divertido
que se transmuta
en estatua colosal
a un ego quebradizo
hueco
son amables las sequoyas
son amables las sequoyas
abrazan desde lo alto y te miran
entre las centellas del Sol
entrelazadas
las sequoyas
abrazan las sequoyas
y la senda amplia, pavimentada,
se extiende ante la vista,
camino del río cercano
Ciruela de plenitud
Ciruela de plenitud
estalla en sabor
fuera del tiempo
piel de brillo y terciopelo
cubierta suave, impecable
trazada de herida
ombligo anaranjado
pulpa que pugna
por rasgar la piel
Minucias y completitud
Las minucias parecen opuestas a la completitud. Por eso a veces exasperan. Nacidas del deseo legítimo de control —vivimos en un mundo pétreo y lleno de asperezas, que escapa al dominio de la mente predadora— lo cierto que la atención a las minucias convierte el entorno en manejable, cómodo, vivible. Nos transporta al confort de los animales estabulados: un tiempo de recuperación, un regodeo en los placeres sencillos, una ausencia de búsqueda de parajes más verdes, un espacio entre el sudor del esfuerzo y el hambre de la carencia.
Ríen las aguas
Rompen las aguas del mar
Cantábrico
Corren los niños
alborozados
y las aguas con fuerza
golpean sus piernas
La calma y los dragones
Todos tenemos múltiples yos escondidos en las entrañas. En cierto modo, cada uno de ellos nos empuja en una dirección, y nosotros avanzamos torpemente en un zigzag tratando de atenderlos, llevando finalmente un rumbo que más o menos aglutina lo deseado por tantos personajes —si hemos tenido la suerte de ser conscientes de todos ellos o, al menos, de una parte considerable —.
Remanso cierto
Aterrizada, recién
en este cuerpo que es andrógino
y blando
y amante amoroso
y tierno
Arrebujada
en esta pintura instantánea
que es árida y frágil
regazo me abraza
hundida
en la hondura del sueño
Creatividad
Antiguamente se pensaba que las ideas no son propiedad de nadie sino que, más bien, revoloteaban por el aire hasta encontrar una mente propicia a través de la cual colonizar un ser humano y cobrar vida través de sus manos, como si de una energía electrizante encarnada se tratara.
Reencuentro
relámpago de fuego, atraviesa la habitación
como un dardo
templanza del equinoccio, acaricia
el hálito
el pecho se expande, irradia calor interno
calor externo
se funden